jueves, 22 de octubre de 2020

¿Se puede extrañar lo que no ha sucedido?

 ¿Se puede extrañar lo que no ha sucedido?

Parece una pregunta inocente, sin sentido. La primera reacción que tenemos es pedir un poco más de contexto, de explicación.

Pero la realidad es que esta pregunta está cargada de sentido, de sentimientos, de añoranzas, de imaginación.

Es difícil de responder, muchas veces no nos detenemos a pensar en lo que significa, y en lo que puede significar nuestra respuesta.

Extrañar quiere decir sentir o notar la falta de algo o de alguien. Muchas veces, ese huequito queda vacío, como cuando un ser querido se muere, o se va de viaje o simplemente ya no está más. Otras veces intentamos rellenarlo, pero no siempre tiene el resultado que deseamos.

Muchas veces no hacemos algo por temor, por desconfianza, por orgullo, o por muchas otras razones.

Muchas veces no decimos algo por vergüenza, por el qué dirán, por si la otra persona no siente lo mismo.

Muchas veces callamos.

Y la peor pregunta que nos podemos hacer es: ¿Qué hubiera pasado si…?

Estamos viviendo una época muy dura, en la que ya no socializamos de manera personal, física, es una época de cambios, donde la tecnología y la virtualidad están abriendo paso a algo nuevo.

Gracias a este “encierro”, estamos aprendiendo a valorar lo importante, lo esencial, lo pequeño. Un beso, un mate, un abrazo. Cosas que estamos seguros que por mucho tiempo no las vamos a poder hacer.

¿Qué tiene que ver esto con la pregunta inicial? Mucho.

Porque acá es cuando la cabeza para un poco, frenamos, pensamos, imaginamos.

Uno no puede extrañar lo que no conoce, simplemente porque no lo ha vivido, no tiene registro, conciencia, tacto.

Pero sí puede añorar algo que no fue, porque se imagina cómo podría haber sido.

Imaginamos el primer encuentro, el primer beso, el primer abrazo. 

Imaginamos cada detalle de lo que pudo haber sido, cómo hubiésemos actuado, qué hubiésemos dicho. Todo. Cada detalle pasa por nuestra imaginación.

Pero no podemos vivir imaginando.

No podemos vivir de recuerdos o añoranzas.

La única manera de cambiar eso es probar, arriesgarse, actuar, y ganar.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario